Contaminaciones
Hay palabras que han quedado irremisiblemente echadas a perder por la polución.
Una acepción oportunista se derrama sobre nuestras conexiones neuronales, emporcando los significados hermosos o nobles que tuvo antes ese término. La manía mojigata de utilizarla para referirse al adulterio empañó para siempre la palabra amante; la cháchara cruel de los cotillas y el desparpajo impúdico del famoseo redujeron la palabra intimidad a las heces.
Pero lo que nunca perdonaré a Bayer es que contaminara de muerte la palabra heroína.
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