Guardar memoria
Muchos años después, en un restaurante en el campo, entre las sombras resinosas de los pinos, el humo de la brasas y el griterío de los niños, descubrí a la primera mujer que me besó en la boca.
Ella se acordaba de mí.
Pero no guardaba memoria de aquel beso.
0 opinan
Responde