Abandonarse
Cuando el ánimo se agazapa bajo la ropa --imagino que no otra cosa querrá decir estar de capa caída-- me cuesta ponerme a hacer las cosas que sé que quiero hacer. No doy con las fuerzas, ni encuentro el disparador, ese gatillo anímico que nos hace arrancarnos de la dulzona desidia para embarcarnos en el mucho más agridulce trabajo.
En cambio, cuando las velas del espíritu andas henchidas de proyectos y buenas sensaciones, lo que me cuesta es encontrar el orden necesario en las prioridades para hacer esas cosas que sé que quiero hacer.
El caso es que por haches o por emes, la casa anda la mitad del año sin barrer.
foto: US National Archives
Etiquetas: Introspecciones, Palabras, Sentimientos
2 opinan
Si te sirve de consuelo, la mía también. ;)
peke a las 9:07 p. m.Yo creo que conocer las dificultades es el primer paso para comenzar a superarlas.
Brisa a las 7:55 a. m.Así que coge la escoba ya ¡¡¡ :)
Un abrazo ¡¡
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