Lindezas
Decía Elvira Lindo --venga, lo reconozco, la leo y me rio mucho con ella-- que la pasión veraniega por la lectura puede no ser más que otro disfraz de la incomunicación conyugal. Como el fútbol de los miércoles o la tele nuestra de cada día.
Yo me llevé de veraneo la nueva traducción de Guerra y paz. Mil setecientas y pico páginas. Y me la terminé.
¿Querrá decir algo?
Etiquetas: Culturas, Introspecciones
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