Miedo
Intento educar a mis hijos lejos del miedo. Trato de insuflarles valor ante los temores que les atenazan --más fruto de su imaginación que de su entorno. Quiero creer que les transmito seguridad, en sí mismos y hacia lo que les rodea. Con ello, pienso, les brindo herramientas para hacer frente a lo que se les ponga por delante.
Sin embargo, reconozco que el miedo entraña ventajas. De charla una noche de estas, alimentando confidencias, salió a pasear el tema de las drogas, de nuestras historias con las drogas. Aunque de distintas edades y trayectorias, todos las habíamos tenido cerca, todos teníamos amigos de juventud chupados por el sumidero del jaco, la farlopa o las pastillas; todos las habíamos probado. Pero varios de nosotros coincidíamos en que fue el miedo --no la falta de curiosidad, ni de oportunidades, ni de apetencia-- lo que nos había mantenido a salvo del consumo habitual.
Desde entonces me pregunto si no deberiamos también vacunar con alguna dosis de miedo a nuestros hijos.
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