Ideas más que brillantes
El servicio de estudios de un banco español importante nos propone que en adelante los asalariados empiecen a contribuir a sus indemnizaciones de despido a lo largo de su vida laboral, abaratando así el coste para las empresas, y por tanto --oh, maravilla-- mejorando la calidad del empleo.
Yo creo que se han quedado cortos: cada trabajador debería cotizar para pagar su propio salario. Deberíamos empezar por abrir una cuenta ahorro-salario para nuestros hijos desde pequeñitos, y cada yogur que no compremos, cada día de campamento que se ahorren, cada sesión de cine a la que renuncien, les ayudarán en el futuro para que los empresarios no tengan que pagarles los desorbitados sueldos que hacen imposible contratar a nadie.
Aun diría más. Sería conveniente que ahorraran también un poco para pagarle a los empresarios su merecido y mermado beneficio. Así, a poquitos, que no duele tanto.
Bien pensando, no estaría de más que se crearan también una cuenta-ahorro-impuestos, porque no hay derecho a que el Estado se quede sin sus ingresos fiscales sólo porque el trabajador haya sido tan imprudente, impúdico o improductivo como para provocar su despido.
He aquí una idea más que brillante, que merece la penar llevar hasta sus últimas consecuencias.
© foto: Lewis W. Hine
Etiquetas: A nuestro alrededor, Políticas, Reflexiones
1 opinan
Tan delirante que quedé sin palabras.
peke a las 7:13 p. m.Responde