Retales
El tintineo mate de cuatro hielos en un vaso de whisky debe ser lo menos parecido al crujido seco del iceberg que destripó el Titanic una noche de invierno en el Atlántico Norte. Visto lo que vino después, debí advertir en ese campanilleo de rocas de agua sobre cristales la señal de alarma que me hubiera salvado el pellejo.
Esto lo escribí hace unos meses. Pero ahora no me acuerdo de cómo seguía.
© foto: Jim Nix
Etiquetas: A nuestro alrededor
3 opinan
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Niña Bien a las 8:40 a. m.Pues casi mejor, oiga, que ese principio no presagiaba nada bueno...
Pola a las 10:02 a. m.aparte del comienzo de una gran borrachera (eso ya me va gustando más), un buen bourbon (o scotch?) hace feliz a cualquiera!
Pues sí. Demasiado pomposo este comienzo.
MH a las 11:36 a. m.Como la preguntita de ahí arriba.
:)
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