Botellón
Llevo tiempo con ganas de volver al blogo, y dedicar cada día un rato a pensar textos, leer lo que otros piensan, recuperar a los viejos blogueros y buscar algo de lo que hacen los nuevos, que seguro que será fresco y jugoso. De hecho, mentalmente voy tomando notas para escribir, pero las dejo olvidadas en algún rincón de la cabeza. Así que apenas hago otra cosa que acariciar esas ganas.
Pero sigo sin red en casa (sin red, sin lámparas, sin mesa de comedor, casi sin sofá...), así que me cuesta enhebrarme a la rutina. Aún así, me queda el picor (o prurito) de mantener esta casa de Brillantina abierta, aunque sea por el procedimiento de abrir cada dos semanas o tres la ventana para que corra el aire. Esta vez la excusa es la imagen que llega a mi correo.
Se titula: "La vida se resume en cuatro botellas". Quien me la manda concluye con pena que vamos por la tercera...Pero yo, con ese optimismo cenizo que me caracteriza, no puedo evitar pensar que es precisamente la tercera la más larga y apetitosa de las cuatro. Y la más diversa, también: en mi carro de botellas hay más variedades de cerveza, y nunca faltan destilados para tomar solos o en combinado. Jack Daniels, por ejemplo, con dos hielos gordos.
¡A su salud!
Etiquetas: Introspecciones, Reflexiones
3 opinan
Si vamos por la tercera que es la más larga brindo contigo. Por nosotros!
peke a las 1:46 p. m.¿Y las que le damos con fruición al ronconcocacola qué?
Pola a las 1:23 p. m.Pues eso...con dos hielos gordos. :)
MH a las 7:13 p. m.¡Salud!
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