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Fascinado con Feynman

   

Ahora que voy terminando de oír las remembranzas de Richard Feynman --ese Surely you're joking, Mr. Feynman del que ya hablé, narrado por la voz prodigiosa de Raymond Todd -- experimento una fascinación irresistible por el personaje, por la amplitud de sus intereses, la franqueza de sus juicios y la agudeza de su mente. El tipo  es capaz de dedicar un capítulo a explicar cómo reventaba las combinaciones de los archivadores que en Los Alamos --sí, por allí anduvo-- para poner en evidencia lo mal custodiados que estaban los secretos atómicos del país, y a continuación narrar su participación en una escuela de samba en Copacabana, con la que llegó a desfilar tocando la frigideira para pasmo de los empleados del hotel en que se alojaba. O contar como pasó del más absoluto desprecio por las artes a convertirse en un dibujante aceptable --ojo, llegó a vender sus dibujos-- y desarrollar un sentido aprecio por las artes, capaces, como reconoce con asombro, de exponer verdades al mismo tiempo obvias e inexplicables. Algo que, por cierto, se niega a conceder a los filósofos y otros practicantes de las "ciencias sociales"
   
    Su fascinación por Japón, el respeto por la enseñanza y la seriedad con la que la aborda, su cabezonería socarrona, su amor por los bares y las gentes que los pueblan --las chicas, sobre todo--, su tendencia a apostar casi con cualquier excusa y en general a jugar a casi cualquier juego que la vida le pusiera a tiro enmascaran sin embargo lo que fue la pasión más honda y permanente: la física. O la ciencia en general. Así que ahora me toca localizar alguno de sus libros --impagables también, me dicen-- sobre el tema. No tardaré mucho.¿Alguna recomendación?

© foto: Richard Feynman

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