Puntualidad

En realidad, la puntualidad es un subproducto del nerviosismo, que nos impide relajarnos mientras disfrutamos hasta apurarlos de los momentos previos al encuentro con las obligaciones.
O puede que sea un subproducto del pesimismo, que nos lleva a pensar que todo lo que podría salir mal en el trayecto lo hará, irremisiblemente.
Mala cosa, por tanto, la puntualidad.
© viñeta: Sir John Tenniel
Etiquetas: Reflexiones
7 opinan
vaya, ¿es que te había contado yo la cita con mi jefa de esta mañana?
menos mal que todo pasa!
El tiempo es oro, del que cagó el moro.
La puntualidad está muy sobrevalorada. Es tan aburrida... En cambio, la impuntualidad es un método excelente para curtir el carácter y los nervios de amigos y conocidos.
Yo era una histérica de la puntualidad. Con el tiempo me fui relajando, pero de todos modos me jode mogollón esperar.
ehmmmm
Pues digamos entonces que soy una persona muy optimista.
Y ya lo dice la Guiness: Good things come to those who wait...
Lo puede adornar como guste, pero si ha llegado tarde, lo correcto, por respeto al "esperante", es disculparse... el resto, florituras y excusas baratas.
Pueden hacerte esperar, pero el ánimo con que afrontes el tiempo de espera y lo que hagas para que no sea tiempo perdido, es cosa de cada uno.
Parece que sigues "frontalizado", Brillantina.
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