Somos
"-- Soy un don nadie. Y tengo que vivir el resto de mi vida como un gilipollas".
Esto lo dice (ya sé que a alguno se lo sabrá de sobra) Ray Liotta, mirando entre cínico y resignado a cámara, en el mismo final de Uno de los nuestros (Goodfellas). Por alguna razón, tenía el recuerdo de que esta película se componía de una primera parte estupenda --la que narra la historia de una niño que no puede querer otra cosa que ser un mafioso como los de su barrio-- y una segunda errática e irregular donde se cuenta la vida de ese niño convertido ya en lo que siempre quiso ser. Después de volver a verla, creo que me equivocaba: la segunda parte es estupenda, como lo es el alocado tramo final con Liotta huyendo de la sombra de los helicópteros reales o imaginarios del FBI enfarlopado hasta el techo y enredado en la vorágine de errores que le llevará a ese final deslumbrante.
Es tan buena la película que después de ver a estos goodfellas que uno preferiría no tener por vecinos (ni por amigos, ni por nada) cometiendo toda clase de tropelías y comportándose como gallitos juveniles pasados de años, pese a todo eso (a saber: robos, asesinatos, traiciones, violencia gratuita, de pago y de género, abuso de sustancias y de personas, desnorte y falta de brújula en general), uno no puede evitar plantearse si Liotta tenía razón. Si no estaremos viviendo todos como gilipollas.
¿No?
© foto: Dirck Halstead/
Etiquetas: Culturas, Reflexiones
7 opinan
eh, eh, si tiene usted un mal día váyase a insultar al fútbol!
Anónimo a las 9:34 a. m.¿esto qué es, un troll a la inversa? :P
No sé. Define "vivir como un gilipollas". Porque para mi, parafraseando a Forrest Guuuump, gilipollas es el que hace gilipolleces.
Anónimo a las 1:09 p. m.Por ejemplo, antes en uno de esos sitios donde compro cosas varias, había a la venta edredones (hablo de esa cosa blanca que va dentro de la funda) a 850 euros; los de 200 euros estaban agotados. Para mí los gilipollas son los dueños de ese edredón.
Otro ejemplo, este puente lo pasé en Oporto, y coincidí allí con una amiga, que estaba con un ermm "amigo". Su amigo se había llevado al perrito de vacaciones. El perrito llevaba su abrigo de visón.
Mi churri está avisado: como un día se le ocurra algo parecido lo apaleo. :D
Y luego dicen que hay crisis...
Anónimo a las 1:11 p. m.me parto con el perrito y el abrigo de visón :)))
Anónimo a las 9:51 p. m.en contrapartida, una compa me decía que sus vecinos habían dejado al perro solo, y llevaba dos noches sin dormir.
Algo agilipollados andamos, sí,(incluyéndome) pero a la vuelta de la esquina la vida te da un coscorrón, y te sacudes, como los perros.
abrazos.
e.
Bueno, como buena gallega digo que hay gilipollas y gilipollas. ¿O no?
Anónimo a las 7:19 p. m.Pues sí, Peke. :)
MH a las 7:36 p. m.La verdad, ya tenía yo la sensación de que era una gilipollez de post. Pero lo que quería decir es que precisamente la peli se las arregla para, sin edulcorar nada (salvo, claro, la visión del niño), convencerte de que la vida del mafioso no es tan mala. Vamos, que incluso es cojonuda.
Pero básicamente, me inclino a pensar ahora que no es que seamos gilipollas. Es que yo estoy gilipollas, que no es, ni muchos menos, lo mismo . :)
¡Hala! Ahora arréglelo nombrándose como lo que no es. :P
Anónimo a las 3:44 a. m.Esa visión mitificadora del cine de mafiosos es muy hollywoodiense. ¿Ha visto usted "Gomorra"? la realidad siempre es más aburrida y cutre.
Robar, trapichear, prevaricar, traficar... es muy cutre, no tiene nada de glamouroso. Ya no existen villanos de película como los de James Bond, porque al final todos parecen un mal chiste, como Julián Muñoz o Roca.
Recuerdo otra película sobre un traficante de armas, "El Señor de la guerra", en la que tras un breve periodo de honradez el protagonista volvía a las andadas con la excusa: "hacer dinero de forma legal era insoportablemente lento"
Quizás. En todo caso preferir "lento, pero seguro" no es propio de gilipollas.
:D Buen fin de semana, camarada. Y disculpe un comentario tan plomizo :P
Responde