Tantos años
Tantos años después, en la isla que perdió el meridiano, charlamos ante el mar y unas cervezas como si las tardes en el parque de Berlín fueran cosa de antesdeayer.
Qué vidas tan distintas. Hijos crecidos, una casa que has levantado con tus manos huesudas, un hombre igual de pegado a los huesos y de pegado al suelo, la cena a la luz del crepúsculo hasta que se desvanece, tus músicas, la gente de acá, la comida que nace a tu sombra. Todo tan distinto a lo mío, tan lejano. Tan de verdad, lo tuyo, tan querido, tan luchado, tan a contracorriente.
Lo mío es otra cosa, claro.
Por un momento, dudo si preguntarte otra vez por qué, en tiempos de los que no queda casi ni el eco del recuerdo, me dejaste.
Es tan evidente, que me da la risa.
La risa de la alegría de volverte a ver.
© fotografía: Angel Febrero (www.angelfebrero.blogspot.com)
Etiquetas: Memorias, relaciones
3 opinan
¡Que post tan bonito! :)
Anónimo a las 11:33 a. m.Precioso,MH.
Moratín 20 a las 8:41 p. m.Y yo que, claro, sólo conozco este lado y este hoy, no entiendo por qué lo hizo.
Las tardes en el parque Berlín más ciertas que nunca. ¿No?
MBI a las 5:35 p. m.Es el mundo, que se pasea sin tiempo, ahora te atrae ahora te lleva. O te deja.
Responde